Emprender no es hoy lo que era hace unos años. El panorama ha cambiado, los riesgos han cambiado, y también las motivaciones. Esta misma actitud que hace cosa de un lustro respondía generalmente a razones puramente vocacionales, a una persecución de aquellas actividades que más congenian con nuestra forma de ser, hoy en día se relaciona, y cada vez más, con la necesidad y las dificultades para encontrar empleo por cuenta ajena. Esto es peligroso, y sin duda también lo es la creciente burbuja que se está generando en torno al término “emprendimiento”, con la ayuda de falsos gurús que tienen a hacer creer que montar una empresa es un cuento de hadas. Por suerte, aún quedan verdaderos emprendedores que tienen bien claro que emprender es sólo el paso previo a convertirse en empresario.
Javier Llano Abaitua es uno de esos casos, un especialista en soluciones tecnológicas para empresas que tras forjarse en el seno de grandes compañías de software decidió apostar por un proyecto de cosecha, trasladando su conocimiento y experiencia al ámbito de Euskadi y poniendo su capacidad al servicio de la empresa vasca.
Ya han pasado varios años desde que puso en marcha Zamundi y ahora busca adaptarse a los nuevos vientos para embarcarse en nuevas aventuras, respaldadas por una amplia trayectoria como capitán de su propio barco.
Zamundi nació como una empresa de soluciones integrales, con mucho énfasis en los ERPs, CRMs y todo tipo de sistemas de gestión para los procesos de la empresa. ¿Mantuvo su rumbo? ¿Fue cambiando?
La realidad es muy cabezota, y el objetivo de toda empresa es la supervivencia. La idea era otra, pero al final si escuchas, el mercado te va llevando por donde mas valor puedes aportar, puedes empeñarte en seguir con tu idea o adaptarte a la nueva realidad. La diferencia entre un proyecto de empresa y una empresa en marcha es la supervivencia y el poder facturar y cobrar. Cuando empiezas tienes muchas ideas, pero les tienes que ir dando forma, bajar al terreno de juego y decidir con qué ganas dinero y dónde te interesa invertir tus esfuerzos.
¿Dónde estaba vuestra diferenciación frente a la competencia? ¿En los costes que os permitía vuestra pequeña estructura? ¿Fue esto cambiando con el tiempo?
Todo nuevo empresario tiende a decir “yo no tengo competencia, yo soy el mejor”; es la respuesta típica. La realidad es que al final tienes que ofrecer un servicio más rápido, más próximo, más económico… tienes que darle una ventaja al cliente, y transmitir la misma seguridad que el “grande”. Cuando creas un proyecto o buscas un hueco no explorado o intentas hacer las cosas de una manera diferente, pero al final casi todo está inventado. Nosotros vendemos seguridad y confianza en nuestro equipo y en nuestro saber hacer.
¿El mercado respondió como esperabais? ¿Habíais hecho un estudio previo?
Hicimos un plan de negocio detallado, pero el mercado es cambiante y allá donde pensábamos que lo teníamos mas fácil, las cosas se complican y en sitios donde pensábamos que nunca entraríamos se nos abrieron las puertas de par en par, al final el estudio de mercado y los análisis de viabilidad están muy bien, pero cuando sales a la calle y te enfrentas al cliente cara a cara, es otra cosa.
¿Cómo responde Euskadi a las empresas que aportan soluciones tecnológicas? ¿Es una región que acoja de buena gana la innovación?
Mi opinión personal es que si. Disponemos de un tejido empresarial maduro, que ha pasado por varias reconversiones (Astilleros, Altos Hornos, Babcock…) y que aprecia el valor añadido de propuestas innovadoras que facilitan el trabajo y la toma de decisiones.
Zamundi era tu primer proyecto emprendedor ¿Cómo te decidiste a dar el paso? ¿En qué momento dijiste… “Voy a ser empresario”?
En mi caso no fue algo que te lo plantees así, lo que tienes es una inquietud, una idea de negocio, un saber hacer las cosas y un saber cómo no quieres hacerlas, a todo esto añades un entorno a favor que te permite lanzarte a la piscina (previa constatación de que al menos hay agua). Estoy seguro que si realizas una encuesta entre las personas que empiezan la carrera de empresariales y preguntas cuantos quieren ser empresarios, el resultado es muy pobre. Volviendo a mi proyecto, fue un proceso de auto convencimiento y de una conjunción de situaciones que te ayudan.
¿Cuál es la diferencia entre “emprendedor” y “empresario”?
El origen es el mismo. Emprender es fantástico, todos queremos ser Bill Gates, encerrarnos en un garaje, tocar una tecla y que tu producto se venda por todo el mundo, pero el señor Gates tuvo que pelearse con IBM, pelearse con el mercado… La gente sólo ve la parte bonita. En el momento que te conviertes en empresario tienes que contratar, tienes que despedir, tienes que reclamar cobros… tienes que hacer realmente de empresario.
Habías trabajado previamente en una multinacional del software… ¿qué aprendizaje obtuviste de esta experiencia que te ayudara en tu proyecto emprendedor?
La experiencia te enseña a valorar las cosas buenas, y también las menos buenas. Qué cosas harías en tu empresa y qué cosas harías de otra forma, y luego vas explorando esas vías. Mi consejo es: “antes de montar una empresa, trabaja y aprende lo que es una empresa”. En mi caso, empecé mi carrera profesional desde abajo, lo que te permite conocer cada uno de los puestos que componen una empresa de servicios tecnológicos, pero sobre todo valorar a las personas que la componen. Al final esto es un negocio que se basa en obtener un margen por los servicios que ofreces intentando alinear la tecnología con los procesos empresariales y las personas que los ejecutan.
¿Cómo conseguiste tus primeros clientes? ¿Los llevabas en la cartera?
En ese momento pensaba que sí, pero luego te llevas sorpresas agradables y también desagradables, pese a todo, sigo siendo optimista y, en el fondo esa incertidumbre es lo que define una empresa. Al final lo que los clientes quieren es seguridad, y determinadas personas pueden conocer tu trayectoria y avalarte, pero la inmensa mayoría del mercado no. Nosotros en el 2011 nos integramos dentro de un grupo más grande (ACTIO) lo que consiguió abrirnos nuevas puertas y afianzarnos en las que ya estábamos. Entrar en ACTIO nos permitió pasar de ser el partner 47 de Microsoft a pelear por estar entre los 5 primeros.
Aun así, haber llevado a tu propia empresa a ser el partner 47 de Microsoft fue un éxito incuestionable.
Fue una sorpresa muy agradable, ¡ni lo sospechaba! En una reunión de partners dicen “vamos a poner los 50 partners de Microsoft Dynamics de toda España” y vi el 47 “Zamundi”. En ese momento piensas “algo hemos hecho bien”.
El otro día leíamos un informe de IBM e Ibermática que hablaba de la poca orientación de las PYMES vascas hacia las nuevas tecnologías, con sólo un 36% que hacen uso de la nube. ¿Hay un nicho a ocupar?
Cada “X” tiempo llegan oleadas tecnológicas provocadas por la popularización de determinadas mejoras, lo cual no quiere decir que todo el mundo debe subirse a esa ola desde el primer momento. La nube está ahí, y seguramente será una parte importante del futuro de las TIC, pero a un gerente de una Pyme, no puedes decirle que todo lo que tenía ahora no le sirve y que monte de nuevo sus sistemas de información, es algo que se irá produciendo a medida que necesite renovarlo. Claro que hay oportunidades, pero no caigamos en la fiebre del oro.
En los últimos años hemos pasado de un mercado de demanda, en el que la dificultad radicaba en encontrar talento y en producir, a uno de oferta, en el que lo complicado es conseguir vender, ¿ves necesario un enfoque completamente diferente a la hora de emprender?
Lo complicado no es vender, lo realmente complicado hoy en día es cobrar, al final hagas lo que hagas, hazlo con ganas, se flexible, mete horas, rodéate de los mejores y seguro que tu proyecto saldrá adelante. Ahora está de moda el emprender, incluso acaba de salir una nueva ley del emprendedor, pero seamos serios, ¿Cuál es el objetivo último?, que se cree mas autoempleo, o ¿que se fomente la creación de empresas viables?, por ejemplo la ley no se ocupa suficientemente del intraemprendizaje, que históricamente ha sido el mejor camino para emprender, por no hablar de la insuficiencia de las ayudas a la contratación. Sinceramente creo que además de leyes debería existir un ecosistema que ayude a las personas con ideas en primer lugar a validar su viabilidad, y a intentar que no cometan errores que pongan en peligro la supervivencia del proyecto.
Emprender en Euskadi: ¿es difícil? ¿Cómo fue tu relación con las instituciones?
Si tienes ganas, emprender es fácil, hoy en día cualquier persona puede intentarlo, lo que ya no es tan sencillo es dar el salto de proyecto a empresa, lamentablemente no llega al 10% los proyectos con mas de tres años de vida. Las instituciones te animan, pero al final el que está en la calle ofreciendo sus productos y servicios eres tú. Si creas un proyecto pensando solo en las ayudas, mejor que te dediques a otra cosa.
¿Cómo afectó a tu vida personal?
Eso deberías preguntárselo a mi familia, eso sí, siempre me han apoyado, antes de cada decisión importante lo he consultado, posiblemente sin ellos no estaría aquí. Hace tiempo en una presentación de un gurú de la motivación, explicaba que tenía un amigo jubilado, ex director general de una de las empresas del Ibex que le confesaba que profesionalmente había tenido mucho éxito, pero que tenía dos ex.-esposas y varios hijos, pero que actualmente solo se hablaba con su perro. Creo que debemos evitar a toda costa este tipo de situaciones. Sinceramente cuando me jubile prefiero estar rodeado de mi familia que rodeado de premios a la excelencia empresarial.
Actualmente también estás involucrado en un nuevo proyecto orientado al impulso y gestión de nuevos proyectos empresariales. Háblanos de Honestik.
El objetivo de Honestik es canalizar y potenciar inquietudes empresariales, tanto de personas como de empresas que quieran abordar nuevos proyectos. Pero también acompañarles, ayudarles a tratar con las administraciones, a la posible búsqueda de implantaciones en el extranjero, en la elaboración de un plan de negocio.
¿Cómo surgió la idea de de ayudar a nuevos emprendedores?
Creo que es un trabajo muy enriquecedor, muy satisfactorio. Ayudas a construir cosas, pones tu granito de arena aunque quienes “construyan” en última instancia sean otros. Visto desde el punto de vista de alguien que ha montado un proyecto, creo que a nadie le gusta sentirse solo, y viene bien tener a alguien que te diga “prueba por este camino”, “experimenta por este otro”, o “ten cuidado porque este camino es muy peligroso…”. Creo que es muy importante.
Dicen que el éxito es lo que nos espera tras una senda llena de fracasos. ¿Ha sido así para ti? ¿Te has llevado algún palo del que hayas aprendido y que quieras compartir con nuestros lectores?
¿Qué es el éxito?, en mi caso ser consciente de que has construido un proyecto que te da de comer, que te permite dormir bien, ser feliz y ver que has ayudado a tu gente, a tus compañeros, y a tus clientes y proveedores sabiendo que están a gusto. Eso es el éxito para mí. Los mayores palos siempre han sido por el exceso de confianza depositado en algunas personas, pero al final siempre tienes que volver a confiar. Además, no me gusta la palabra “fracaso”. Líneas de negocio que ves que no funcionan, aproximaciones que no dan los resultados esperados… pero para mi no son fracasos. Al final aprendes de esa experiencia, la siguiente vez que alguien te viene diciendo “esto es fantástico”, lo miras con más tranquilidad. Cuando algún cliente te dice “vete empezando que ya te pagaré le dices “vale, pero dame todo firmado”. Prefiero llamarle “experiencia” que “fracaso”.